Vibing con Chloé Sevigny

… she’s out of bounds cool 💘

Antes de comenzar, dale play a estos tracks para acompañar este essay. Enjoy.

Para no ser una cool girl, estoy pisando territorios peligrosos al intentar recrear la esencia de Chloé Sevigny.

Es algo curioso que la considere una de mis style icons sin conocer casi nada sobre ella.

Sé que es una actriz americana, que tuvo un fashion boom en los 90’s y a la fecha sigue siendo un ícono del estilo. Es muy aclamada por sus indie films de esa época y muchas movies en las que ha aparecido ahora se consideran “de culto”. Sé que tiene un libro, que no tengo ni he leído. Y ya. Ni siquiera puedo recordar alguna película o serie donde la haya visto -más que American Psycho-. Estoy segura que la he visto en más series o pelis pero por ahorita es la única que se me viene a la mente.

Entonces, hace varias semanas, me auto-asigné de tarea ver estas películas:

  • Kids, 1995

  • Boys Don’t Cry, 1999

  • Party Monster, 2003

Como esto no era un movie review, debo de admitir que solo vi Kids. Está chévere. Definitivamente está bastante densa - y creo que las otras películas tienen una onda similar. Creo que se necesita estar en el humor correcto para ver estas movies sin que desgasten la mente después de verlas.

No tengo la menor noción sobre la actuación, pero hay algo sobre los personajes de Chloé que enganchan, y es una percepción muy personal tan solo de ver imágenes de sus películas que ni he visto.

Viendo Kids no podía evitar emocionarme cada que salía en escena, observando sus expresiones e identificando el tono de su voz.

En cuestión de estilo, desconozco qué tan involucrada haya estado en el styling de estas películas además de Gummo (1997) -que no creo ver por las advertencias que leí sobre imágenes fuertes en torno a gatos- pero bueno, al menos en Pinterest pude admirar su trabajo como diseñadora de vestuario.

Canalizando el vibe de Chloé

La verdad es que no quise investigar mucho sobre Chloé al escribir esto. Una parte de mí quería explorar su estilo y su esencia sin teñir mi interpretación con las palabras o ideas de otras personas -que aunque han de ser valiosísimas- esta vez quise hacer este ensayo al revés; primero entrar al trip Chloé Sevigny como fuera que mi mente lo entendiera, y después conocer más detalles sobre ella.

Digo, tampoco me fui en blanco, la verdad ayudó bastante este artículo de Vogue que encontré sobre Chloé mientras observaba sus imágenes. Así supe que es amante de lo vintage, de los 70’s y que su forma de vestir es otra manera de comunicarse.

Creo que es válido aclarar que aunque no hice un research de lectura y de ver sus películas, llevo años amando su estilo y tomando nota mental de los detalles que parecen que son muy de ella.

Calcetas largas, zapatos toscos, detalles florales, volantes anchos y muy femeninos combinados con elementos rudos, shorts y más shorts, -combinar shorts con todo y con lo que sea-.

Let’s accept the rejects. Por alguna razón esta auto reflexión me hace recordar mucho a Chloé. Tratando de explicar cómo percibo su estilo, diría que viste con orgullo lo que la mayoría de las personas rechazarían, y su actitud ante esta decisión lo es todo, la materializa en este ícono que rompe las reglas del estilo y se sale con la suya.

Así, tratando yo de aceptar a los rechazados, agregué imágenes que no fueron particularmente mis favoritas pero eso hizo que me gustaran aún más. Tal vez no tiene sentido, pero quiero pensar que adopté un mini Chloé mindset al hacer esto.

Cada blog post o ensayo (tal vez les llame ensayos de ahora en adelante), me ha dejado algo, y espero que hoy o algún día para algún otro ser también sea así.

En esta ocasión, Chloé Sevigny me inspira a sumergirme en lo incómodo y apropiarme de ello. Hay demasiada belleza en lo no convencional. Más allá de lo divertido que sea ocasionar el alzado de cejas y los entrecejos fruncidos de las personas con lo que uno quiera vestir, decir, expresar o hacer, lo bello también se encuentra en serle leal a uno mismo.

Previous
Previous

Spring Fling ‘21

Next
Next

Esenciales en tu clóset